Con Don Bosco aun cuando no elabora un estudio de los fines educativos dentro de una concepción humanista cristiana del mundo y de la vida filosófica y teológicamente estructurada, siempre la tiene presente operativamente.

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Su visión del ser humano converge con el desarrollo de la teoría humanista del Siglo XX, específicamente con el existencialismo de Gabriel Marcel, quien expresa el ser de la persona como el ‘Homo viator’ (hombre en camino) que exige la presencia de un educador de Manuel Mounier, que pone al hombre en el centro de ida obra educativa y comprende toda la corriente que tiene como valores supremos los del Evangelio.

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Don Bosco al hablar en su fin educativo del “Buen cristiano y del honesto ciudadano”, pretende desarrollar el potencial de la persona humana como ser en relación’: En armonía consigo mismo, solidario con sus semejantes, responsable de la naturaleza y sintiéndose en todo momento Hijo de Dios.